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La hepatitis puede ser una enfermedad silenciosa

Conocer los síntomas y comprender las consecuencias de esta enfermedad es el primer paso para actuar a tiempo

Con el objetivo de concientizar sobre la necesidad de actuar a tiempo ante una enfermedad que puede ser silenciosa pero que es una amenaza para la vida si no se actúa a tiempo, la Organización Mundial de la Salud – OMS promueve cada 28 de julio una campaña por el Día Mundial contra la Hepatitis.

El Dr. Ariel Diego Luizaga Tapia, Gastroenterólogo y Endoscopista de la Clínica Foianini, nos explica que la Hepatitis es una inflamación del hígado, que impide a este órgano trabajar adecuadamente. Existen diversos tipos de Hepatitis que van desde leves a graves en cuanto a la severidad, y agudas hasta crónicas, si tomamos en cuenta el tiempo de evolución de la enfermedad.

Los casos crónicos, sólo se detectan al descubrir una elevada concentración de enzimas hepáticas en la sangre, mientras que los casos agudos graves se caracterizan por: ictericia (coloración amarilla en la piel, las membranas mucosas y los ojos), hígado aumentado de volumen, hemorragias, alteración del estado mental y fallo múltiple de los sistemas orgánicos.

 

Síntomas:

Fatiga
Inapetencia
Picazón
Fiebre
Pérdida de peso
Nauseas y vómitos
Dolor o distensión abdominal
Orina turbia y deposiciones de color pálidas
Ictericia
 

Tipos de Hepatitis virales y vías de transmisión:

Existen otros tipos de hepatitis que no son virales:

  • Hepatitis asociadas a enfermedades autoinmunes, que implican una situación de autoagresión de nuestro propio organismo a nuestro hígado.
  • Hepatitis medicamentosa, ocasiona inflamación en el hígado y presenta síntomas como: dolor abdominal, color amarillento en los ojos, dificultad para comer, debilidad y cansancio. Es muy común en estos tiempos por el excesivo consumo de analgésicos, antibióticos u otros.
  • La inflamación que ocasiona el hígado graso y que si no se trata adecuadamente puede llevar a una esteatohepatitis que es una enfermedad crónica que puede evolucionar hacia una cirrosis hepática.  En esta situación, el hígado graso es causado por una enfermedad metabólica de base, asociada a hipertensión arterial, diabetes, grasas elevadas en sangre y obesidad.

En cualquiera de los casos, señala el Dr. Luizaga, la detección temprana evitaría complicaciones que puedan comprometer la calidad de vida de la persona e incluso poner en riesgo su vida. Por ello, es importante acudir al médico para un diagnóstico oportuno y de esta manera, se realice un tratamiento y seguimiento adecuado; siendo lo más importante lograr que la enfermedad no progrese y pase a una fase crónica.

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