El 10 de octubre de cada año, se celebra el día Mundial de la Salud Mental, y este año la Organización Mundial de la Salud estableció como lema “atención de salud mental para todos: hagámosla una realidad”. Esto, por el impacto que ha tenido la pandemia de COVID-19 en la salud mental de las personas.
Tener una buena salud mental implica más que la falta de diversos trastornos de la mente, una gran cantidad de psicólogos clínicos a nivel mundial afirman que la mente condiciona la forma en que razonamos y sentimos, y por ello, cómo actuamos al enfrentar los desafíos que impone la vida. Es así cómo, cualquier acción que realizamos desde el más pequeño detalle se inicia en la mente, de allí la importancia de contar con una salud mental adecuada, que permita una correcta relación con el ambiente.
Gracias a una buena salud mental somos capaces de trabajar de forma productiva, desenvolviéndonos activamente y haciendo contribuciones positivas al entorno en donde nos desarrollamos. No obstante, su ausencia puede llegar a comprometer la salud física de la persona, generando patologías y enfermedades que puedan llegar a ser crónicas.
Existen determinantes sociales que afectan a la salud mental como aspectos culturales-sociales, ambientales, económicos y demográficos. Para combatir esta condición, tenemos que cambiar, reemplazar el miedo por acciones personales y comunitarias, lo que quiere decir que debemos cuidarnos a nosotros, porque también así cuidamos a los demás.
“La salud mental es importante en todas las etapas de la vida, desde la niñez y la adolescencia hasta la adultez y la vejez” indica la Lic. Carola Peña, Psicóloga de la Clínica Foianini, a tiempo de mencionar algunas recomendaciones para cuidar nuestra salud mental:
- Reconocer tus emociones
- Ser amable contigo mismo y con los demás
- Construir relaciones sanas con lo demás
- Establecer una rutina de autocuidado
- Cuidar tu salud física
- Realizar cualquier actividad que te haga sentir bien
- Buscar ayuda
Cuando frenamos un poco la velocidad con la que realizamos las actividades en nuestro día a día, y llegamos a notar que no nos encontramos bien, solemos pensar que tratar con lo que sentimos no es prioridad, lo que nos lleva a alargar esta condición y recién reaccionar para buscar ayuda cuando ya nos perjudica en nuestra rutina, en nuestro desempeño y nos sentimos tan mal que es imposible continuar.
Hoy y todos los días debemos recordar la importancia de mantener estable nuestra salud mental, reconocerla como prioridad, para que podemos vivir una vida más plena, correcta, tomando buenas decisiones con mejores resultados y un relacionamiento óptimo.