Se define a la obesidad como una enfermedad crónica causada por la acumulación anormal o excesiva de grasa, que puede disminuir la calidad de vida e incrementar la mortalidad. La obesidad puede conllevar a desarrollar enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo 2, índices elevados de colesterol y triglicéridos, problemas osteoarticulares, apnea del sueño y problemas cardiovasculares, entre otras complicaciones.
Las causas de padecer esta enfermedad son múltiples y complejas, sin embargo, se reconoce que la causa principal es un desequilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se gastan a través del ejercicio y las actividades de la rutina diaria. Pero también existen diferentes factores asociados con la obesidad, como ser la edad, una alimentación poco saludable y abundante en comidas rápidas, sal y azúcares en exceso, el sedentarismo, factores socioculturales y, algunos estudios genéticos, determinan que la obesidad puede ser hereditaria.
Los principales síntomas que caracterizan a la obesidad es el evidente aumento de peso y otros signos visibles como una piel engrosada y oscurecida en algunas partes del cuerpo, aparición de estrías, edemas, varices y un Índice de Masa Corporal (IMC) mayor a 30 Kg/m2. Otros síntomas frecuentes son la dificultad para dormir, sudoración excesiva, intolerancia al calor, infecciones en los pliegues cutáneos, fatiga, depresión y sensación de falta de aire, entre otros.
En nuestro país, según un estudio publicado por UNICEF en el año 2020, tres de cada diez estudiantes bolivianos tienen sobrepeso y obesidad, siendo los niños de Tarija, Santa Cruz, Pando y Cochabamba los que registran mayor índice de obesidad. Un 21,9% presenta sobrepeso; un 11,1% tiene obesidad y el 2,2% padece obesidad severa.
“El sobrepeso y la obesidad son en gran medida prevenibles. Las políticas, los entornos, las escuelas y las comunidades son fundamentales, pues condicionan las decisiones de los padres y los niños, previniendo así la obesidad”, señala la OMS.
Para evitar esta enfermedad, es indispensable adoptar hábitos de alimentación saludables y llevar un estilo de vida equilibrado:
ALIMENTACIÓN SALUDABLE:
- Evitar alimentos y bebidas con alto contenido de azúcares, sal y grasas.
- Mejorar los hábitos consumiendo frutas y verduras.
- Tener un plan alimenticio que contemple desayuno, almuerzo, cena y 2 refrigerios, evitando saltar comidas porque aumenta la ansiedad y provoca el comer en exceso.
- Consumir entre 8 a 10 vasos de agua al día.
ACTIVIDAD FÍSICA:
- Integrar la actividad física en la vida diaria.
- Realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana.
- Recibir orientación de un profesional sobre el tipo de ejercicio de acuerdo con la edad y el peso, es diferente si es para prevenir la obesidad o para tratar la obesidad.
Es importante realizar chequeos médicos preventivos para una evaluación del estado de tu salud en general y analizar las mejores opciones para bajar de peso si tienes sobrepeso u obesidad, porque en la mayoría de los casos es necesario un abordaje integral.
CÁLCULO DEL ÍNDICE DE MASA CORPORAL (IMC)
